Querida alcaldesa:
Somos un grupo de niños del colegio público José Galera (C/Arapiles s/n) y le escribimos para pedirle que ya que el ayuntamiento ha arreglado la cuesta del instituto Maestro Haedo nosotros no queremos esperar a llegar allí a estudiar para poder caminar por aceras que no estén rotas y con los baldosines levantados. El otro día una abuelita de un compañero, que ya es muy mayor, tiene más de 50 años (la abuela, no el niño), se retorció el tobillo cuando acudía a buscar a su nieto al colegio, menos mal que no le pasó nada, porque tiene muy mal genio y su marido, o sea el abuelito de nuestro compañero, es abogado y decía que le iba a meter un pleito al ayuntamiento y demás lindezas por el estilo que no vienen al caso entre otras cosas por ser nosotros menores y escribir esto delante de nuestro profesor. Y como una imagen vale más que mil palabras pues le mandamos con la carta unas fotos que han hecho algunos de nuestros papás.
Esperamos no haberla entretenido más de lo debido y nos despedimos deseando un rápido arreglo. Nuestro profe insiste en que venga usted a visitarnos cuando quiera, pero nosotros le damos un consejo: Traiga botas de caña alta o unas de esas que llaman de montaña, por lo de los tobillos, ya sabe.
Por cierto, lo de la tirita no funcionó.
Somos un grupo de niños del colegio público José Galera (C/Arapiles s/n) y le escribimos para pedirle que ya que el ayuntamiento ha arreglado la cuesta del instituto Maestro Haedo nosotros no queremos esperar a llegar allí a estudiar para poder caminar por aceras que no estén rotas y con los baldosines levantados. El otro día una abuelita de un compañero, que ya es muy mayor, tiene más de 50 años (la abuela, no el niño), se retorció el tobillo cuando acudía a buscar a su nieto al colegio, menos mal que no le pasó nada, porque tiene muy mal genio y su marido, o sea el abuelito de nuestro compañero, es abogado y decía que le iba a meter un pleito al ayuntamiento y demás lindezas por el estilo que no vienen al caso entre otras cosas por ser nosotros menores y escribir esto delante de nuestro profesor. Y como una imagen vale más que mil palabras pues le mandamos con la carta unas fotos que han hecho algunos de nuestros papás.
Esperamos no haberla entretenido más de lo debido y nos despedimos deseando un rápido arreglo. Nuestro profe insiste en que venga usted a visitarnos cuando quiera, pero nosotros le damos un consejo: Traiga botas de caña alta o unas de esas que llaman de montaña, por lo de los tobillos, ya sabe.
Por cierto, lo de la tirita no funcionó.
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queridos niños: esto no son desperfectos sino ayudas ADO para el deporte porque vosotros sois el FUTURO.
ResponderEliminarP.D.: ...Y tranquilos habra olimpiadas para jubilados.
Hola,no soy zamorana pero mis escapadas de fin de semana son en esta ciudad,que me encanta.Es cierto que algunas calles no son muy saludables para los tobillos y nada beneficiosas para los zapatos de tacón ,pero supongo que es un problema de todas las ciudades.En Vigo tenemos el mismo problema con lo que me solidarizo con vosotros.
ResponderEliminarVaya! y yo pensando en que eramos especiales y nuestros males eran endémicos...
ResponderEliminarPues a luchar y protestar, sea en Vigo o allende los mares.